Por definición “el entrenamiento
funcional” significa entrenar con un propósito. En otras palabras debe tener un
efecto positivo en la actividad o deporte que se practica. El entrenamiento
funcional adopta la multi-faceta y un acercamiento integrado para mejorar la
fuerza y el acondicionamiento total de aquellos que lo utilizan. Originalmente
este acercamiento funcional estaba excluido en ámbitos de la rehabilitación y
la medicina deportiva. Los rehabilitadores y terapeutas no sólo tienen que
devolver al deportista a su patrón de vida cotidiano sino también al más alto
nivel para que los preparadores físicos puedan recuperar su máximo rendimiento.
En la vida cotidiana el terapeuta que trabaja con un albañil que ha sufrido una
lesión enseña al paciente a levantar cajas, arrastrar la carretilla, tirar de
la polea para elevar cubetas, dejar materiales pesados en el suelo; en
definitiva, fortalecer los grupos musculares principales y auxiliares para
poder corregir y mantener una postura correcta y eficiente durante sus tareas
principales. Esto es entrenamiento funcional.
El entrenamiento funcional debe integrar todos los aspectos del
movimiento humano. Para llegar a tener un entendimiento completo de este
acercamiento, el interesado debe llegar a ser un estudioso del movimiento
humano, observar a los niños jugar, a los adultos en el trabajo y a los
deportistas durante la competición analizando cada movimiento, punto de apoyo,
giro, salto, frenada, etc. Puesto que la vida, como el deporte, es un evento
caótico e impredecible, nuestro entrenamiento debería reflejar hasta cierto
punto esta realidad.
Como regla general, el entrenamiento funcional resta importancia a
los movimientos mono-articulares en contraposición a las máquinas de carga
guiada que encontramos en gimnasios, las cuales vienen a trabajar grupos
musculares aislados y de forma estricta, limitando los rangos de movimiento
tridimensionales. Sin embargo, la verdad es que casi cualquier ejercicio puede
ser funcional para una persona en un momento o ciclo determinado. Muy a menudo,
si nos encontramos en una fase inicial de una rehabilitación, con una persona
poco coordinada o con un iniciado, una máquina de carga guiada o un ejercicio
de ejecución sencilla pueden llegar a considerarse funcionales. Aun así, el uso
generalizado de máquinas va en contra de la filosofía del entrenamiento
funcional por muchas razones.
Hoy en día, el movimiento global sobre el entrenamiento funcional
tiende a enfatizar el entrenamiento con cintas TRX, tablas de equilibrio,
mancuernas, kettlebells (pesas rusas), balones medicinales, pelotas de entrenamiento,
elásticos, Bosu, sacos de arena y ejercicios con el peso corporal.
Bosu
Tablas de equilibrio
Pesas rusas (Kettlebell)
Superficies inestables y rendimiento
La cuestión y la controversia están en si debemos entrenar sobre superficies inestables
o no, y si realmente mejoran el rendimiento deportivo. De entrada sólo comentar
que si estos métodos ayudan a prevenir lesiones ya se puede considerar una
mejora en el rendimiento. Dejar a un deportista fuera de la cancha porque ha
tenido un mal apoyo durante un salto o un giro, lo puede dejar fuera durante
semanas y puede afectar la temporada y el rendimiento global suyo y del equipo.
El concepto importante a entender es que todo esto se mueve alrededor de la
“especificidad”. Si un atleta practica el lanzamiento de un balón medicinal
sobre una colchoneta inestable de espuma dura, terminará siendo un buen
lanzador de balón medicinal sobre una colchoneta de espuma. De acuerdo con el artículo,
el efecto de transferencia de lanzar una pelota con potencia y precisión en el
terreno de juego puede que simplemente no exista. Esto es porque al aprender
una nueva destreza lo hacemos de forma lenta y conforme practicamos nos vemos
capaces de hacerlo más rápido y eficaz.
Existen otros tipos de
equipamiento que puede ser de gran utilidad dependiendo de los objetivos que
busquemos y las acciones realizadas en el deporte para el que queremos
entrenar. Balones medicinales con asas, balones medicinales tipo tornado,
bandas elásticas, pesas rusas, mazas indias, sacos de arena, trineos de
arrastre (con funcionalidad para el tren superior), chalecos lastre, neumáticos
de tractor y otras piezas de equipamiento no convencional , pudiendo con todos
mejorar la fuerza funcional del deportista y la potencia. Finalmente, un
entendimiento adecuado sobre como diseñar un programa de entrenamiento, la
ciencia del ejercicio y las necesidades, condiciones y mentalidad del cliente
/deportista tendrá el mayor efecto “funcional” en el rendimiento.
Como resumen las ventajas biomecánicas para el
desarrollo de músculos complementarios y estabilizadores que soportan y asisten
a los grupos musculares principales pueden obtener un mayor desarrollo con el
entrenamiento inestable (al verse menos aislados que en ejercicios de máquinas
convencionales). Segundo, el trabajo unilateral, por ejemplo, sentadillas o
saltos con una pierna, deben formar parte del programa integrado funcional del
deportista. Ambos puntos guardan una relación directa con la prevención y la
salud del deportista. Tercero, el funcionamiento humano es tridimensional y
muchas máquinas de ejercicio funcionan en un único plano, bien sea frontal,
sagital o transversal. Esto deja a gran parte de la maquinaria cojeando de cara
a nuestros objetivos reales en los que los tres planos actúan simultáneamente.
Cuarto, los deportistas que practican modalidades de larga distancia también se
pueden beneficiar de la aplicación del ejercicio de fuerza funcional; no todo
está en hacer cantidades alarmantes en su kilometraje semanal. Si se consigue
evitar las lesiones, se puode seguir el programa planteado para la temporada,
realizando los ajustes necesarios, pero sin tener que volver a empezar desde
cero por un infortunio.
Datos obtenidos pagina web: www.altorendimiento.com




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